TU OTRA MANO

Y salgo de mi casa
a buscar la lluvia y el prematuro cambio de la hoja
y algo lírico
a buscar al olvido en la escuela del sur.
A buscar mis zapatos en tu casa
a aparecer temprano desde el inicio del tiempo.


O sea que no he muerto todavía:
me faltan los versos libres el año que viene,
entonces puedo mover
rehacer
cambiar de hueso o de falo
irme con la pereza de un planeta que está naciendo.


O sea que puedo cambiar de nómina
y de sudor
¿elijo el tuyo?
No te esperaba
pero abres mi polen como nunca
y me encierro en el mundo
de tal vez en tal vez hasta un hoy
así pues, comienza la sencillez:
con un tuyyo
y un tuconmigo y un Sintigo airado
un hastahora y un hastaluego
un ángel de cetas y besos de caníbal:
un delamano y un ojalá lleno de muchas veces,
un día de nós y un entre todos: un Sí
en mi alma siempre es de día.

Así comienza el verbo
en tu boca desde años labrada por el tiempo:
| cómo si desde hace años estuvieras conmigo
y yo como si desde años estuviera contigo:
como si volver supone
arrancarse trozos de uno mismo y amarse.

Así comienza la historia
en el desliz del reloj donde resbalamos a gusto
(Tú acá en el yo del consciente: huesito
primitivo, arde la salamandra épica;
tu tobillo tu mano
se atan a mí desde el pleoceno y tu otra mano
se posa en mí como una tilde)
Así, en esta república de años amontonados
estamos atados, de rodillas nos amamos
la belleza no es amarga.
Yo soy tu exilio. A mí regresas inefablemente
trayendo el ruido de la lluvia
y un caracol andariego.

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