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Ah, pero tu risa destruye cualquier símbolo y signo de estabilidad me traes detrás de una galería obstinada y voy ya arcando cualquier pasillo y cualquier letra para volver a tu risa: paisaje gratuito a cualquier idioma. no estoy triste, es solo que salgo a la calle y ella me contagia. No hay humedad en las hojas ni en los lirios, pero he aprendido a llover sobre mí mismo y como el otoño pinto mis hojas de marrón mientras me presto a cambiar de sitio Y con esta misma mano me nazco despacio escribiendo de mí de quién más podría decirse algo, sino es de un yo? Miles de gentes miles de cohetes – estrellas miles de casas – cosas hay una multitud que golpea con sus puños mi puerta y despoja mi territorio hay agujas que lastiman mi sangre hay otra gente que mira que se absorbe y que se cae gente que corre para no despedazarse gente que se consume a sí misma Tanta gente que se esconde de sí misma pero otra tanta que se esconde de otra gente Tengo mis ojos que no se alzan contra el dios sino que lo juzgan y lo aprietan. Porque dios solo ve el envés y no el derecho? Ahora que me sale algo bueno del corazón salgo disparado hacia la razón de uno mismo e intento no caer, caer en la sombra mía misma.