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A besarte [tus pestañas] [tu profecía] [tu sangre y tu lunar] sereno bajaste tus ojos al uku y yo me iba en un viaje sin retorno por tus mejillas te encontré como quién encuentra un pingüino [en un sabor] Caían los cuerpos las hojas estancadas de polvo la noche [enterrada] en ti y yo en el pelo de una estrella de aire: perfume de líquenes y copihues. me dijiste [ERES MI PAREJA] me atreví a mirarme te reconocí en el alambre de sol. La noche de este país húmedo junta [nuestras manos: pollitos] y las lágrimas ruedan de estos dos ojos melancólicos. Panal abierto: abejita reina en toda la ciudad hacia ti todas las cosas mis puentes mis opuestos mi sangre que no se reconoce y que anida. Hacia ti van mis pensamientos con ese olor solar. Sobre una bandera quemada va mi mano y en esa fracción del estilo se duerme un poeta comprendo la razón de los pájaros y sus uñas quizá la invisibilidad de su álulas. Afuera, también, mi cuerpo es sollozo de nieve mendigo sobre este ángulo donde anidan ciertas sillas que se tornan anónitas. Inclino mi cabeza frente a un párpado y le doy la veña. Eres tú y te veo inclinarte sobre las cuatro razones del horizonte. Tiempo desdoblado como la hoja en medio del páramo, entre gaviotas te sorprendo y entre animales me guardo.