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Con las trenzas abiertas de par en par con mi cabello extendido hasta el horizonte siempre en las noches, en miz zapatos, te escondías persistentemente mojado, a solas, te encontraré hoy? saldré a salvar tu idioma y me iré por el envés de tu mano desnuda. De un golpe de mar como escondiendo un tesoro de monedas ardientes lo he visto todo en tu mirada todo en cuanto existe todo en cuanto retorna. Tomo al día como un nuevo diluvio de granos unas manos de niño pelean con el viento suben sus gradas y toman su centro yo enloquecido hasta el país silencioso voy por esa enorme llanura de gradas y sillas donde unos hombres sin memoria acechan apreto mi silencio y entro al cuarto contigo: nos desnudamos. Hasta nuestra sombra está mojada. introduces tus dedos en mi sombra y en mi sombra se despega el nacimiento del sol. todo retrocede hasta ser nuevamente humanos no hay límites para el deseo tú y yo existimos tu cuerpo se adelanta a la misa y el mío ya está pidiendo ostias querido Lirad partes mi cuerpo como un pájaro y quedan sobre el horizonte mis pedazos esparcidos al alba. Te quedas con la lluvia y el oro. Quiero que todos los días tu manjar de hojas se posen en mis dientes y que tu leche estirada al infinito me toque insaciablemente. Porque desde todos los días jugará mi cuerpo con tu agua. Querido Lirad que me abres como a un pájaro mi vientre es un túnel y un campo Eliseo de roma antigua posa tu luz y tu bosque; incrusta una rama en mi mano y asciende esa uvilla enamorada hacia mi cabeza de perfume altivo