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Quisiera con esas palabras darle un mejor hijo a mi mamá y su cirugía de vientre y escaleras, de humero y de plomo de navajas y naipes, del páncreas. Y a mi papá un trabajo completo. Y a mí la posibilidad de volver, de arrancar la salsa de la calle y ver, en todo lado, mi ceja riéndose de la humanidad. Ver poblar todo de un aire jaspeado. Darle a mi mamá un mejor hijo (uno que no esté roto) quizá de otro idioma. y a mi papá una nueva medalla constante en la pared de la casa blanca y arrancarle un maíz del alma y que no se haga ceniza, y darle a mis padres un último capulí por mi esfuerzo y no el de ellos. Darles una fruta que venga de mi sudor y un casa amplia y fresca como una mandarina anónima. Darles, por fin, un espacio donde poblar nuestra carne de comidas diarias y un espacio para ocultar la uña naciente y al final, quizá un poema, si un poema Darles un poema como un niño recién nacido