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... Tengo un cóncavo gusano de amor un fuerte espasmo y una seguridad de viento enriquecido dame tu mano, enciende la porcelana tibia, recoge el aire de las cuatro estaciones del mundo y ven aplasta mi manto y mi oreja frente a esos golpes izquierdos de la lluvia. El ruido del mundo en una calle. Dame tu tiempo encerrado en un anillo de países y uvillas. De hortensias y teresitas. Fecundemos el tiempo. Seamos antes del nido. Tengo la seguridad de un gusano cóncavo Por allí avanzas tú en total fe de los pasos y de la fulgida sombra de un cráter. Yema espesa que me abraza todos los días de julio Aminoras el silencio y te abres donde yo me cierro y me limpias donde yo me ensucio y me lames donde yo me guardo. Al aire. Te amo Estación. Lluvia. Perla de agua. Caballo de sal me escondo en tu índice y me brindas la seguridad de un presidente de estos paisitos del cono sur de América Arreas todas mis inseguridades y las envuelves en el tono brutal de la carne remontas todas las vueltas de mi vida con tu soga Tengo la seguridad de tu tierno manto Tengo amor colgado de la barba del horizonte y la llanura Siempre has sido tú. El buen primero, el dador de la especie el que tapa mis oídos y me esconde del mundo cuando nacen ladrones, el que busca el anillo y la guarida para tocarnos el cuerpo Hay un instante que trina Ayer 26 de julio alguien descubrió que podía escribir y amar a la vez Tengo el alma pegada al paladar.